miércoles, 6 de abril de 2011

Who my father was matters less than my memory of him.

Ya no me importa realmente pero mentiría si dijera que siempre ha sido así.

Cuando era niña tenía la esperanza de que algún día lo vería sobretodo cuando así lo prometió, aunque en el fondo siempre supe que ese día jamás llegaría, me permití ilusionarme e incluso mandarle cartas diciendole lo mucho que deseaba estar con él.

Anhelaba tenerlo como la mayoría de los niños lo tienen.

Mi madre lo extrañaba y yo sólo deseaba verlo al menos una vez pero con el pasar del tiempo al crecer y escuchar las historias de mi madre y de otros, entendí que no había forma de que hubieramos sido felices juntos; especialmente cuando, después de pelearse con mi madre, dejó de comunicarse con nosotras.

Ahora que soy mayor y que empiezo construir mi propia vida sigo sin entender porque mi madre nunca pudo olvidarlo... me gustaría saber si hay aunque sea una mínima cosa que pudiera hacer cambiar mi forma de verlo creo que lo único que podría buscar en él son respuestas porque no creo que pueda servir para nada más (al menos no para mí).

Mi padre está muerto por sus mentiras, por ser cobarde y no ser un hombre capaz de afrontar la realidad y encargarse de sus hijos, está muerto desde el día en que aniquiló toda mi esperanza de tener un padre; eso es lo que digo cuando me preguntan: que murió hace muchos años.

El único Padre que he conocido es Dios, es él quien me ha apoyado, fue el único que estuvo ahí cuando mi madre murió y es ÉL a quien le debo todo lo que tengo y a quien le doy gracias todos los dias por lo que soy él, mi mamá y mi abuelita me han criando bien...

Gracias Papá Dios.

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