domingo, 21 de febrero de 2010

Juan de Dios Peza, fragmento

Dicen que las mujeres sólo lloran
cuando quieren fingir hondos pesares”;

los que tan falsa máxima atesoran,
muy torpes deben ser, o muy vulgares.
Si cayera mi llanto hasta las hojas
donde temblando está la mano mía,
para poder decirte mis congojas
con lágrimas mi carta escribiría.
Más si el llanto es tan claro que no pinta,
y hay que usar otra tinta más oscura,
la negra escogeré, porque es la tinta
donde más se refleja mi amargura.
Aunque no soy para soñar esquiva,
sé que para soñar nací despierta.
Me he sentido morir y aún estoy viva;
tengo ansias de vivir y ya estoy muerta.
Me acosan de dolor fieros vestigios,
¡qué amargas son las lágrimas primeras!
Pesan sobre mi vida veinte siglos,
y apenas cumplo veinte primaveras.
En esta horrible lucha en que batallo,
aun cuando débil, tu consuelo imploro,
quiero decir que lloro y me lo callo,
y más risueña estoy cuanto más lloro.
¿Por qué te conocí?"
Fragmento, Juan de Dios Peza

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